Una entrada rápida, como rápido fue el finde semana...
Las Tres Cimas de Lavaredo, uno auténtico libro de la historia de la escalada, en sus paredes han dejado su sello muchos de los más influyentes alpinistas del S.XX
Después de muchos años me volvía a encordar con mi viejo amigo y maestro Manolo Amat, y de que manera y en que sitio!!!...unas semanas atrás recibía un mensaje suyo lanzándome el ofrecimiento de ir a la Comici, supo tocar la tecla acertada!! Él se encargaba de toda la parafernalia "burocrática"; como declinar un ofrecimiento de pasar un finde loco...avión, cochecito rent a car y escalada en un sitio de ensueño, no había mucho más que hablar.
Unos días antes me entero que Urko andaba haciendo de las suyas (Urko I El Grande), me pongo en contacto con él y voilá!, el día de antes había escalado nuestro objetivo. Me pone al día, me termino de súper motivar y no llego a ser consciente de la pedazo de actividad que se han marcado...como reza su último eslogan...Sin Límite Vertical!!!!
Pues eso, que en un rato, el que tardamos en llegar de Elda a Valencia (coche), de Valencia a Milán-Bérgamo (avión) y de Bérgamo a Misurina (coche de alquiler), nos plantamos en los Dolomitas.
La escalada una delicia a pesar de la tensión provocada por las malas previsiones metereológicas que auguraban los partes y que, afortunadamente, se cumplieron una vez que ya habíamos acabado el ascenso...ambiente de impresión en la cara norte de las Tre Cime, roca variable y muy divertida de escalar, compañía de lujo y buena velocidad de crucero en vista de que se nos podía caer el cielo encima en cualquier momento.
Primeros pasos sobre la roca dolomía de Dolomitas, auténticas escombreras verticales a las que se les acaba cogiendo cariño
Mi compi en la parte inferior, dificultad y abundancia de clavijas de la época de Matusalén.
El Sol de la mañana en la cara norte por desgracia duró bien poco. Enseguida nos envolvió unas nubes que, aunque amenazadoras, se presentaban como amables. Fue un finde en el que todo me pareció amable... la escalada, las nubes, el entorno...
Hasta la chica del refugio me pareció súper amable, cosa que agradecimos mucho ya que de todos es conocido que, por lo general, el carácter de la gente que regenta refus de montaña suele ser tosco, huraño, rozando lo maleducado e impertinente aunque, como en la vida misma, y por suerte, de todo hay en la viña del señor.
Zona inferior de la pared. buenas reus y ambiente súper envolvente.
Zona intermedia, enfilando el diedro lúgubre de las humedades.
Manolo saliendo de los largos húmedos... al vecino de arriba se le olvidó cerrar el grifo y aun está esperando al del seguro.
La travesía!! El largo clave de la ruta. Una lección de audacia por parte de los aperturistas.
Zona final. que lloviese era cuestión de minutos; pero a esas alturas poco nos importaba
Una vez que ya estabamos en la repisa superior (cengia), que te saca a la cara sur, y en el momento del taca y daca, de subir o no a la cima, empezó a llover...para bajo. total que 8 horas de subida y otras tantas de bajada.
Manolo hiper contento por haber escalado la cara norte (lo había hecho por las otras tres restantes) y yo con haberme estrenado en Dolomitas. Buen recibimiento en el refu, cerveza italiana, cena generosa...como dicen por esa tierra bocado di cardinale!!
Al día siguiente ruta circular a las tres cimas para hacer hambre antes de desayunar, luego, después de dar buena cuenta del bufete del Auronzzo, a flipar con las trincheras verticales de la 1ª y 2ª Guerra Mundial que están esculpidas en esas montañas y de postre una ferrata haciéndonos los tontos, como el que no quiere la cosa. Al rato coche, avión y a casa. Y ya. Rápido, como rápido paso ese mágico fin de semana de julio.
