PEÑON DEL DIVINO. DIEDRO EDWARDS, O GRAN DIAGONAL, A LA PARED DE LA CIMA


Una de esas rutas obligadas, por su visible, llamativa y evidente línea, una fisura diagonal que corta en dos la pared más bonita y emblemática del valle, la pared que lo corona, el Divino. Un diedro oblicuo de libro que llama la atención de cualquier escalador, o escaladora, que deguste este tipo de terrenos. Visto desde lejos la diagonal arranca desde el suelo y raya todo el frontal pero, no nos engañemos, la pared no es totalmente monolítica y la vía objeto de esta entrada solo escala esa diagonal desde la mitad, empezando desde la gran repisa que parte la muralla en dos pisos totalmente diferenciados. Nuestra lógica línea es surcada en el contrafuerte inferior por otra clásica, la Esther. Encontramos info de esa ruta pinchando en el siguiente enlace... 


Visión del asunto sacada de nuestra Biblia de andar por casa, Senderos de la Roca. Además de precisarse todos los detalles necesarios para llegar, escalar e irse se puede observar, en la foto, que la diagonal viene desde el suelo pero que la pared está jalonada por una gran terraza en su mitad. Desde ahí arranca nuestro objeto de deseo de hoy.


Acceso por la zona superior. Desde la Font del Alemany un auténtico paseo sobre las nubes.

El Diedro Edwards a la Pared de la Cima es una vía de las excitantes. Su asequible aspecto puede llevar a engaños. Si solo nos quedamos con que es 6b podemos darnos un buen baño de realidad, o más bien un buen baño de autoprotección. Sólo un detalle, el primer expansivo de los 9 que chaparemos está como a 90 metros del suelo. De los 6 restantes 4 están en dos reuniones bastante cercanas la una de la otra (R3 y R4). Y de las 4 chapas que quedan una ni se usa porque cuando escalas no la ves. Por lo tanto estamos ante una vía desequipada en la que se hace necesario un buen juego de friends (el 4 viene bien pero es prescindible) y un muy buen juego de fisureros para no tener que repetir friends de las tallas más pequeñas.

Test de carga para mí desvencijado arnés. Metralla de la buena para la dulce batalla. A mi espalda el Puig Campana.

Topo bastante detallado del diedro y sus vecinas, extraído de Rockfax. Es la número 2. La línea es la que es. La descripción de los largos, a mi mal entender, no se ajusta con lo que hicimos.

En esta reseña, elaborada por el extremeño Juanjo Cano en 2010, ademas de verse en nuestro caso el descenso para aproximar a pie de vía vemos los largos algo más ajustados a lo que nosotros hicimos.

Con toda la info de croquis y demás empezamos la escalada. El primer largo nosotros lo acabamos a veinte y pocos metros del suelo, junto a una olivera que aprovechamos como sólido anclaje natural. Esa entrada, con buenas fisuras pero algo herbosa, da acceso a la fisura diagonal pura y dura... 

Final del L1. Esther feliz como una perdiz

De la repisa de la olivera salimos con pasos finos, protegidos por un clavo y un cordino, dirección a la gran fisura, da comienzo la fiesta; durante 60 metros tendremos que sacar todo el repertorio técnico y gestual para escalar con firmeza por terreno tumbado, pero carente de grandes presas, y para asegurar todos los pasos y montar las reuniones, eso sí, a cañón sobre roca brutal!

Autoprotección hasta en las paradas! R2, a cañón!

L2 en toda su extensión, la gran diagonal!

Fisura y adherencia 

L3 desde abajo

Y L3 desde arriba, espectacular!

Lo bueno, si breve...

Cambio de tercio. Tras dejar atrás la fisura más marcada sguimos en diagonal pero por momentos lo herboso supera en sensación a lo rocoso. La realidad es una zona intermedia más difícil de lo que aparenta, repleta de pasos a proteger, con buenas fisuras y alguna rareza. Y un repertorio de la botánica mediterránea de primer orden.

Una posible reunión sobre dos clavos marca el cambio de rumbo. Unos metros por encima de ellos giramos a derechas y nos introducimos en las fisuras que nos llevarán hasta el final de la vía, veremos alguna chapa de la cercana Mamtástic. Nuestra fisura es a equipar y nos ofrece algún paso realmente atlético que nos sorprenderá.

Verticalidad y buenas vistas en el último tercio de la vía 

Reuniones flotantes, siempre excitantes! Última parada antes de alcanzar nuestro destino final

La zona intermedia, algo más herbosa, queda a nuestros pies

La sonrisa de Esther refleja la calidad de la roca y los 60 metrazos que acababa de pegarse del tirón 

De la, para nosotros, última reunión salimos por un corto pero alucinante tramo de fisuras a equipar de la máxima calidad; tanto los friends como los dedos se cuelan de manera gozosa en ellas, la sonrisa va de una oreja a la otra. La cosa se empina y se pone por momentos desplomado, algo aviserado, es corto pero intenso. Para nuestra tranquilidad encontraremos dos chapas y el nivel no se acerca ni de lejos al séptimo (6b peleón). Después del techito recobraremos el resuello y escalaremos otros 40 metros de diedro acanalado con ciertos toques de alta montaña. Por momentos soñaremos con escalar el espolón que queda a la derecha de la lúgubre canal, más compacto y elegante, pero los sueños sueños son! El camino hacia la mismísima cima del Divino es el diedro, aunque nos pese. Se escala mejor de lo que parece, y se protege a cañón. Después de acariciar bloques de diferentes tamaños y texturas empezamos a sentir el júbilo de alcanzar el cénit de una montaña como el Divino, todo queda a nuestros pies.  No encontraremos vértice geodésico, ni cruz ni ningún otro objeto que atestigüe que estamos en la cúspide de la montaña, no nos hará falta.

Postureo pre cima. La vía a los pies de Esther. No quiso surfear el último de los bloques, se sentó en el. Colección otoño 2022, la Marina Baixa, con el fondo azul mediterráneo, siempre queda bien como estudio fotográfico.

Desde la cima, bajando hacia levante, con l'Arc, Contador, Bernia y el Montgó de fondo

Y eso es todo! Buenas escaladas!!

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