PUIG CAMPANA. DIEDRO GALLEGO + SINGERMORNING

Pared S del Campana al atardecer, la profunda grieta que parte el muro en su lado izquierdo es nuestro objetivo

Hoy tocaba una clásica de clásicas de nuestra querida terreta, un diedro con mayúsculas, posiblemente la madre de todos los diedros a este lado de la Marina. Y que mejor para semejante rutón que encordarme con uno de mis grandes maestros. El Diedro Gallego la había escalado una vez hacía 25 años; Manolo, mi compi, tres veces, la última vez hacía como tres décadas, y las anteriores al poco de abrirse, un año antes de que yo naciera, en 1977. Cordada centenaria la de hoy, entre los dos sumamos 108 años de ilusión y super motivación por todo lo que se haga en nuestras queridas montañas, a tope!

Fuertes, guapos y bien preparados, nos casaremos con quién queramos! Jejeje

Le tenía muchas ganas desde hacía tiempo, estas joyas hay que reescalarlas con frecuencia. El revulsivo final para animarnos fue la restauración que se le hizo el sábado pasado a cargo de la cordada de los Joanes. Había que ir a pasarle el certificado de calidad, jejeje. Y lo ha superado con creces. Se han arreglado las reus, se ha enebrado algún puente con cordino nuevo y poco más. Le sensación añeja, histórica, se sigue respirando a cada paso. Algún nombre picado en las reus, clavos oxidados metidos hasta la bola y un estilo de escalada muy poco practicado en la actualidad nos trasladan a finales de los 70, solo nos falta ponernos pantalones bávaros y unas kamet de cuero. La esencia de los Gallego está plasmada en tres largos largos que nos dejarán muy buen sabor de boca, sobre todo si sabemos saborear una ruta con roca de calidad excepcional y sabemos leer en ella una de las primeras páginas del gran libro vertical que escribieron los hermanos murcianos a lo largo y ancho de todo el mundo.

El diedro de nuestros desvelos

Foto topo de Senderos. Grado clásico aunque los números sean árabes. Cambien chip y pónganse en situación, esto es lo que se practicaba hace décadas, la escalada en oposición con bota dura sin goma cocida. En la graduación actual perfectamente podría cotarse como 6a+/b, 6b, 6a+/b, y V+.

Croquis del libro de Carlos. Después de tantos años sigue siendo el más preciso, eso sí preciso en el recorrido. En graduación es todavía más severo que el de Javi (Senderos). La 18

Del suelo hemos arrancado hasta la R1. Hay posibilidad de hacer una R0 a 20 metros, parabolt, justo al pasar un angosto pasaje que forman las gruesas ramas de un árbol queriendo abrazar la pared. Obviamos esa parada y nos encalomamos a un diedro-chimenea de esos cotados como V+... y si te dicen que es 6a+, o 6b, te lo crees y no discutes, severo pero chulísimo. Al final escapas de la angostura pillando una fisura que hay por la izquierda. 60 metros desde el suelo. R1, dos bolts.

A punto de arrancar la moto. Tras el gran árbol que se ve hay otro, el que antecede a una posible R0. Por encima de ellos el gran diedro del Campana.

Final de las dificultades del L1

Llegada a la R1 en un soleado día de otoño

Antigua reunión hoy en desuso

El L2 sigue en diedro achimeneado, algo más amable que el anterior. Antes de que el diedro se convierta en desplome cogemos una diagonal aérea, y de pasos muy guapos, que nos saca a la izquierda. Seguimos rectos y otra serie de clavos nos devuelven, mediante otra diagonal, esta vez a derechas, al profundo diedro. R2, 45 metros, dos bolts.

Primeros metros del L2, más imponentes que difíciles. Al superar esa chimenea veremos los clavos que nos sacan en diagonal hacia la izquierda

Segunda diagonal del L2, la que te devuelve al súper diedro

El diedro se vuelve a encajonar formando una nueva chimenea, bastante penosa de ascender y nuevamente cotada como V°. (6a+ escala francesa mínimo). Suaviza y te lleva a un palmito peleón que da paso a una repisa. Posible reunión, un parabolt. Nosotros nos la saltamos y seguimos por profunda chimenea, esta vez amable y generosa, hasta el final de la vía. Salimos a una repisa del Espolón Central. R3, 60 metros, a equipar sobre un sólido puente de roca. Si queremos rapelar montaremos en la vertical, en una reunión nueva a estrenar, de bolts con anilla, como las que hemos encontrado en el resto de la vía.

Arrancando la última chimenea penosa, la del L3. Eso sí, feliz como una perdiz.

Últimos metros del Diedro Gallego 

Como no damos puntada sin hilo aprovechamos para matar dos pájaros de un tiro... De la R3 andamos unos metros hacia el oeste, primero en fácil destrepe y luego rodeando por debajo un gran pino. Al volver al otro lado del espolón vemos una campa que acaba en un muro rematado por un gran diedro, es el diedro de la Singermorning. Esta vía tiene tres largos con roca muy buena. El primero escala por unas fisuras huyendo de la cochambrosa canal central, y los dos siguientes van por el centro que a partir de la R1 se convierte en libro entreabierto perfecto para practicar todo tipo de contorsiones y demás movimientos angustiosos, está bastante liso, por momentos demasiado, aunque se acaba escalando relativamente bien. El remate es un diedro algo desplomado con unos agarres y unas posibilidades de autoprotección fantásticas. 

Súper topo artística de Makoki. No le falta detalle. 

Muro a escalar visto desde la repisa de acceso. Se puede ver a mi compañero en nuestra R0 de este segundo plato del día 

R1 de Singermorning, Manolo aprovecha para almorzar

L2 de Singermorning. Preparen el cuerpo para contorsiones y espatarres varios

Manolo tras dejar atrás lo clave de Singermorning, L2 de esta corta pero peleona via

En general tanto la Diedro Gallego como la Singermorning se protegen muy bien, sobre todo si, además de fisureros, porteas semáforos de aliens y camalots, y añades camalots, o similar, del 0'4, 0'5, 3 y 4. . Unos cordinos o cintas auxiliares serán de gran utilidad para lazar puentes y árboles.

Espectacular visión de unos vecinos de pared que escalaban el siempre codiciado Espolón Central

Para las dos vías calcular entre 4/6 horas, y sumar las dos horas largas que se llevan la aproximación y el descenso. Cansancio asegurado y, si todo sale rodado, felicidad  mayúscula!

Última reu. Alegría porque "sólo" queda salir por la aérea senda de los puntos rojos y bajar parte del Carreró y, en nuestro caso, el Barranc de Marietes. Una horita larga a sumar a la larga escalada!

Buenas escaladas!!

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