PUIG CAMPANA. VÍAS FISURA NEOLÍTICA, NIÑO BRAVO Y CHOLITA

 PUIG CAMPANA


Y para acabar llega el plato fuerte, tres rutones a cada cual más bueno, y alpino, en la cara oeste del Campana. La vertiente del Puig que mira a poniente es sinónimo de sombra mañanera. La rapidez de movimientos será fundamental para que el señor Lorenzo no nos atrape a eso del mediodía y nos acabe dejando más secos que la mojama. Madrugar, correr y llevar mucha agua, por si acaso, serán imprescindibles para evitar el asadero de pollos en el que se convierte esa zona cuando el Sol pasa el meridiano. Congelaciones mediterráneas le llaman a las consecuencias de sufrir una infernal alicantina. El que avisa...

Fisura Neolítica a la Aguja Encantada

Una de esas clásicas básicas recuperadas del olvido gracias a una magnífica restauración. Seguros nuevos sustituyendo a los arcaicos anclajes que "protegían" esta ruta, reuniones seguras y limpieza de grandes bloques inestables, por los que antes había que levitar, dan como resultado una vía que, sin haber perdido su esencia alpina, pasa a convertirse en una casi obligada por su aplastante lógica. 

Reseña de los restauradores, el tramo roto que marca en el L3 se me hizo largo y más complicado de lo que parece, tal vez me fui muy a la derecha después de encaramarme al muro principal


Los largos 1, 2 y 3 escalan la fisura rojiza bautizada con un nombre tan apropiado como Neolítica ya que nos ofrecerán, y exigirán, una escalada casi prehistórica. El L3 es recomendable fraccionarlo. Se puede unir al L2, o directamente dividirlo en dos. El sitio para parar es evidente, en una brecha que forma el fisurón-diedro-chimenea por el que hemos subido con el muro principal, es una repisa muy cómoda pero no hay anclajes fijos, ojo.

L1. Buen calentamiento 

L2

L2 desde la R1

Tras pasar al muro principal tendremos unos metros de fisura placa más sencillos pero algo precarios en cuanto a la calidad de la roca. Alcanzaremos una gran repisa poblada de pinos donde instalaremos la R3. Un largo de trepadas entre pinos y repisas nos llevará a otro jardín colgante, el Jardín del Realet. Nuestro objetivo final será una rectilínea fisura gris, equipada con algunas chapas (sobre todo al principio), que hará las delicias de cualquier paladar. Directamente acabaremos en una afilada brecha, la que separa dos icónicas crestas del Puig. Hasta allí, desde el sur, la Aristóteles, desde ahí, hasta la brecha superior del Barranc del Infern, la Arista Pepsi. Lo normal de los y las neolíticas es dar por finalizada la escalada rapelando hacia la vertiente contraria. 60 metros nos separan de una zona transitable, estamos en el Barranc del Infern. En ese rápel las cuerdas suelen enamorarse de los diferentes arbolitos y matorrales que pueblan la zona.

Brecha donde sitúa la última reu y se realiza el largo rápel de 60 metros

Vía Niño (que no Nino) Bravo, sector derecho cara oeste

Una de esas que tenía pendiente desde hacía unos 20 años, entonces no era el día ni el sitio, y menos mal que escapamos. Ruta ideal para ponerte al día con un viejo amigo. 500 metros de alpinismo mediterráneo, sostenido en torno al sexto grado, con varios picos que llegan al 6b y 6b+. Jornada memorable de aventura en la que escalamos como siempre y disfrutamos como nunca.

Magnífico foto croquis de Vericuetos.blogspot

La primera mitad hasta la repisa deja bien claro de que va el asunto. Erramos el camino en el L2, lo recuperamos en el 3. Aun así quedo la cosa muy bonita. Tras la R2, o 3 según si empalmamos algo o no, zapatillas y a caminar hasta el circo que aglutina el comienzo de la segunda parte de Pandemonium, Cholita y Matar o Morir entre otras.
 
L1 y 2 del tirón y con pasada de frenada

Llegando a una R2 improvisada a 60 metros del suelo

La Niño Bravo vuelve a la carga por el filo del pilar derecho que cierra el citado anfiteatro, ese largo no es el más complicado de la vía pero resulta clave ya que hay que escalar sobre un terreno peculiar. El siguiente largo es, sencillamente brutal. Tres tiradas mas amables y alpinas dan paso al colofón, el último tercio de la ruta, un final a la altura de la pedazo de vía que es la Niño Bravo. En el último largo duro, al alcanzar las fisuras paralelas, seguimos por la izquierda. En la reseña original marca que se cruzan a la derecha. Jaime Arviza así lo hizo y en su relato cuenta que la dificultad era excesiva y se hacía más que aconsejable el uso de friends de los números 3, 4 e incluso 5. 

R3 para nosotros, al fondo se intuye la grieta de Cholita

L4, viaje más que amortizado con este tramo

Canaleta del L5, guapísima

La aguja que da sombra a la R5 vista desde el siguiente largo, impresionante!

Jesús saliendo del tramo clave de la ruta, L7

En la R7 es donde terminé de entender todo, luego en casa con el croquis original en las manos confirmé mis sospechas. Ese dibujo que usamos lo hice en base a varias infos.

Como curiosidad comentar que esta vía la lanzó al "estrellato" una guía que compilaba una serie de propuestas de escalada en la Comunidad Valenciana, las 112 de Carlos Tudela y Rosa Real. En ese libro se publicó la reseña de la vía. Un error gráfico o un fallo en el subconsciente de los autores les llevó a denominar a la vía Nino Bravo. Además de ese error cometieron otro al volcar en el libro la más que bonita reseña original, muy artística y detallista pero en la que se omitió una tirada de unos 35 metros.

Reseña original de la Niño Bravo, muy artística. Está señalado el punto en el que se omite un largo. Grados duros y como material aconsejable clavos.. nosotros no usamos. Con un buen surtido, repitiendo del 0'5 al 2 se hace bien.

Cholita a la Aguja Montesinos

Una de esas vías que tenía casi mitificada.. sabía que tarde o temprano la haría. Al final cuando menos lo esperas surge la ocasión y para allá que fuimos. 

Mi reseña. Seguramente a la mayoría de repetidores les parezcan grados exagerados, son cosas de la edad!

Una línea abierta por nuestros amigos Carlos Llorca, Juan Agulló Artero y Javier Palomares allá por 2005. De una época en la que todos intentábamos abrir cuanto más difícil mejor. Y doy fé que en la Cholita lo consiguieron. Carlos, como si de una broma se tratase, se sorprendía que hubiésemos repetido su opera prima. Creo que nos ve muy mayores para estos fregados.

El que escribe, a pie de la Oeste del Campana, mayor y con cara de susto

Después de un largo acceso, con una escalada de 70 metros y 6a+ incluida, llegamos al meollo. Un circo mágico, en el que se abren tres fisuras magníficas. La nuestra es la central. Comienza picante, con unos pasos de escalada artificial obligada que dan acceso a la fisura propiamente dicha, una grieta que con la altura se va ensanchando hasta alcanzar el tamaño de tres o cuatro puños en el largo 3.Los tres primeros largos te echan las pestañas hacia atrás, obligan a contorsionarse, a protegerse, a superar miedos logicos... cerrojos de dedos, pies en adherencia y no pensar mucho.


L1 para Roy, una tirada de esas de época

L3, por la variante de la grieta. Unas chapas protegen el tramo, el friend del 4 se lo presenté pero no daba la talla, a la grieta le gustan los que gastan talla XXL (del 6 mínimo)

Para llegar hasta la punta Montesinos tenemos otros tres largos algo indefinidos, plagados de pequeños diedros entrecortados por repisas y plagados de matas, muchas de ellas de ruda que tal vez nos dejen huellas en nuestra piel unos cuantos meses...

Jirones de nubes pasajeras en la oeste del Campana

Felicidad al saber que lo difícil estaba hecho, solo nos quedaba lo jodido

La cumbre es puntiaguda, perfecta. Unas fotos para dejar testimonio de nuestra hazaña de andar por casa y lazamos la roca mas franca que encontramos para preparar el primero de los 5 o 6 rapeles que nos devolverán a pie de vía. La bajada no es sencilla, se le llama Canal Vietnam por algo. Tras besar el suelo más camino, y varios rapeles por otra canal algo más amable, la del Barranc del Infern.

Alcanzando la cúspide de la Aguja Montesinos 

Aunque no lo parezca por debajo de mi desploma. Rapelando la canal Vietnam

Penúltimo de los rápeles, montado en la R2 de Matar o Morir

Alcanzar la base del Puig Campana acompañado de un atardecer casi otoñal es sinónimo de magia, cansancio y nuevos proyectos en mente...



Y eso es todo, que creo que no ha sido poco. Buenas escaladas!

Agradecer la compañía y muchas de las fotos que ilustran la entrada a mis compis: Roy, Esther, Elena, José Ángel y Jesús. También quiero reconocer y agradecer la enorme labor de documentación que ha hecho y hace Dani Pomares en su blog, lo cual nos ayuda mucho a planificar las escaladas. Es una auténtica biblia cibernética en esto de la escalada tapiera alicantina, un referente en cuanto a descripciones barrocas y reseñas sobre fotografía muy detalladas, mil gracias Dani por tus 

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