Una de nieves, de Alpes y de un país que solo conocía de refilón... Esta corta salida que ahora relato a las montañas suizas surge de la noche a la mañana. Una llamada de mi viejo amigo Roberto me invita a ponerme las pilas, a volver a pensar en pendientes heladas, en tablas con pieles de foca y en todo lo que conlleva el esquí de montaña. Dicho y hecho, vuelo a Geneve y mi anfitrión me pone en bandeja 5 días (incluyendo los días de ida y vuelta) en los que somos capaces de hacer una salida en bici desde su pueblo de adopción, Cully, por una inclinada zona de viñedos que poblan la ladera sur del Lac Leman, un día de esquí familiar en la mega Diablerets, en unas condiciones abominables que me hicieron tirar de imaginación para recrear los paisajes por los que nos deslizamos entre densa niebla, dos salidas de esquí de montaña con final feliz que ahora detallaré y otras dos salidas de esquí paseo para rematar la jugada. Lo que se llama aprovechar el tiempo... Después de ponerme al día en los usos y disfrutes locales con la rodadita por el Lac Leman y la esquiada en Diablerets nos tiramos al monte. Cuanto tiempo sin subir encima de unos esquís calzados de pieles de foca, demasiado! Para desempolvar viejas costumbres mi amiguete se decidió por el Pic Chauusy, un súper clásico de los Alpes de Vaud, modesto en altura con sus poco más de 2300 metros, directo en intenciones, recorriendo tres valles diferentes y con una cima afilada de esas que con los esquís en los pies asustan y enamoran a partes iguales a los pocos avezados.
Tras esa primera incursión, en la que rematamos con un maravilloso paseo al atardecer subiendo a lo más alto de la estación de Les Mosses nos decidimos por un ascenso de más entidad, el Dent de Morcles, un casi 3000 de los Alpes Berneses. Un mega clásico de la zona por su acceso a golpe de los remontes mecánicos de Ovronnaz, ayuda que te deja en cota 2000 y te garantiza nieve continúa y en condiciones desde el metro 0. Así mismo también firmas una super esquiada de vuelta que sumas a la esquiada del objetivo. El ascenso al Dent de Morcles supone una actividad de varias horas en la atravesamos dos valles bastante diferentes separados por un collado muy marcado, ese paso te deposita en una afilada arista que desemboca en un tramo rocoso en el que descalzamos esquís y, según las condiciones, tendremos que poner crampones. El siguiente valle es de discurrir plácido; la llegada a la cima es espectacular y desde lo alto tendremos unas vistas del macizo del corazón de los Alpes inmejorables. El Dent de Morcles es un valor seguro de disfrute! Nosotros lo pillamos con muy buena nieve, sobre todo en las laderas inferiores donde una nieve polvo super disfrutona nos dejó trazar nuestras propias huellas, vicio puro!
Termino agradeciendo de nuevo a mí viejo Roberto por ponerme en bandeja esos días de montaña, que ahora guardo en el baúl de los recuerdos, y por enseñarme la delicias culinarias del país del queso, poca broma con la founde a la trufa que nos metimos entre pecho y espalda en La Fromagery de Leysin!!! |
domingo, 6 de abril de 2025
Esquí de montaña en Suiza. Pic Chaussy, 2351 m y Dent de Morcles, 2968 m
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