El tamaño de una decepción suele ser comparable a las
expectativas puestas en el objetivo no cumplido. El objetivo lo era todo, era
el fin…
Antes de empezar con lo acontecido durante los días 5,6,7 y 8 de agosto nos pondremos en situación, el escenario lo merece.
La Integral del Peuterey es una de las vías de acceso a la cumbre del Mont Blanc, la más larga , de hecho es, con seguridad, la via de escalada mas larga de Europa, aunque, a decir verdad, no es una vía, son muchas, muy largas, una detrás de otra.
La integral empieza en el valle italiano de Val Veny, en una partida rural conocida como las Casas de Peuterey. Al poco de arrancar el camino se empina más y más hasta convertirse en vía ferrata. Esta primera escalada salva un muro con catarata incluida que te aleja de la civilización, de golpe te encuentras en la alta montaña. Ese muro da acceso a un grandioso circo colgante que lo conforma la gigantesca cara sur de la Aguja Negra (Aguille Noire) y dos contrafuertes, a modo de crestas afiladas infinitas, que se alargan desde las aristas SO y SE de la negra (escenario brutal!). En el costado SE del circo se encuentra el mimetizado refugio Borelli. La integral empieza al fondo, en el lado SO, y escala toda la arista. En la base de la vía podemos encontrar restos del glaciar que enfría los pies de la Negra.
La Arista SO de la Negra es una serie de agujas que costaron Dios y ayuda para ser superadas, todas, del tirón. En ese afán de conquista murieron grandes alpinistas de principios de S. XX, los nombres de alguna de las 6 o 7 agujas que escalas son testigo de ello, Welzenbach, Brandel, Otto, Bich ...
Después de subir la Aguille Noire viene su descenso (400 metros de rapeles infames) y atravesar una zona de afiladas agujas muy características conocidas como las Damas Inglesas.
Una vez superadas las Damas, y a modo de casi broma, por lo escarpado e inaccesible del terreno, tenemos un refugiete de chapa conocido como Vivac Craveri. Marca el inicio de una larguísima, intrincada y facil escalada a la punta Guillermina. La Guillermina da acceso a la Aguille Blanche.
La Blanche es blanche porque tiene nieve, y no veas de que manera! Los crampones y el piolet se hacen obligatorios para superar una de las aristas mas famosas en el mundillo alpino, la de la Media Luna. Esa afilada y expuesta arista, mas impresionante que difícil une las dos cimas de la Blanca. Una vez alcanzada la cima principal rapelamos 150 metros para alcanzar un collado glaciar gigantesco, el Col de Peuterey.
El Col de Peuterey es el ultimo gran descanso antes de emprender el ascenso final, el que lleva a la cima mas alta de la Europa occidental. Para alcanzar la cima primero escalaremos un contrafuerte que te deja en la cima del Pilar del Angle y luego, por una arista terminal, la Arista de Peuterey, llegaremos al Monte Bianco, al italiano, el de Courmayer. Un corto "paseo" de altura te lleva a la cima del Mont Blanc, la de verdad que se encuentra en terreno galo. En total 4500 metros de escalada variopinta en la que encontramos tramos de ensueño con otros, los menos, de pesadilla.
Nuestra relación con la Integral no es nueva, viene de lejos. En 2007 hicimos el primer escarceo, veníamos crecidos tras escalar la Norte de la Meige en Ecrins y nos decidimos por la mas. En esa ocasión, iba con Roy y Rosa Real. "Solo" escalamos la Negra. El segundo día la meteo dejo de ser incierta para convertirse en nefasta, apenas rozamos la cumbre. El descenso por la Arista SE fue una pequeña odisea, larguísimo es un adjetivo que se queda corto para definir semejante bajada. Picamos un segundo vivac en el que nos nevó. Fue una mas que bonita experiencia en la que el Mont Blanc ni lo olimos...
La Integral desde el teleférico de Torino |
Y la topo, robada de la red, de una piada sobre la estratosférica escalada de Ueli Steck a la misma en ¡¡16 horas!!! |
Agosto de 2016...
Llega el día, sales de Alicante a eso de la 23:00 y a las 17:00 del día siguiente estás en los Alpes, estás completamente fuera de tu medio, al organismo no le has dado tiempo a asimilar tras el largo viaje, aun así las ganas pueden y comienzas, de 0 a 100 en un ratito, recién llegados de la playa nos vamos camino de lo más alto. Cinco días de supuesto buen tiempo no se podían desaprovechar.
La casa a cuestas!!! 12kg por barba a la chepa?? Mis hombros piensan que más |
El desayuno del primer día consistió en unos 1000 metros de desnivel, desde Val Veny al pie de la primera pared, la inmensa, colosal, gigantesca...Aguja Negra (Aguille Noire) |
No estaba mal. Empezamos la escalada de la Arista SO de la Negra como el que no quiere la cosa, sobre las 10 de la mañana, 1600 metros de roca por delante, 1600 metros de agujas, decenas de largos y un puñado de rápeles sobre roca de ensueño, en eso consiste la Aguja Negra del Peuterey.
Roca, roca y más roca, felicidad en estado puro para un animal de pared |
Conseguimos hacer algo más de la mitad antes de recostarnos en una comodísima repisa. Vivac 1º. Vistas espectaculares del Mont Blanc, con grifo de agua incluido, al pelo!! |
En la madre de todos los vivacs!! |
Al día siguiente terminamos la escalada del primer obstáculo a eso de las 15:00. De nuevo, después de muchos años, volvíamos a estar junto a la virgen de la Aguille Noire. Esta vez el sol nos permitió disfrutar unos minutos de la cima, los justos antes de lanzarnos a por los 400 metros de rápeles que te depositan en un sitio llamado Damas Inglesas, y que es lo más alejado de estar con unas damas y lo más cercano a estar con el mismísimo diablo.
Largos superiores de la Aguille Noir, calidad y ambiente a partes iguales |
Del infierno salimos como pudimos, que no fue poco, se nos
hizo de noche escalando la Aguja Casati y así, a tientas, la rapelamos. Vivac
2º. Este en un terraplén arenoso, intentando huir del demonio, que nos tuvo
cogidos por los huevos durante toda la noche.
Tras el vivac en terraplén, intentando retomar fuerzas |
El tercer día salimos definitivamente del infierno tras
escalar y rapelar la Aguja Insolatee, la última de las Damas Inglesas. Llegamos
a una casetilla con vistas a la montaña llamada Vivac Craveri.
Nos echamos una siesta y seguimos camino, empequeñecidos por unos nubarrones no previstos que se adivinaban en la lejanía. Escalamos y escalamos, esta vez sin los ajustados pies de gato; desgastamos las botas subiendo a toda máquina la Aguja Guillermina, y casi la conseguimos hacer de día.
Ya en penumbra sacamos nuestro espíritu albañil, movimos piedras y arena y nos construimos un pequeño nido de amor. Vivac 3º. Aquí, casi a 4000 metros, los nervios por lo que se nos venía encima no me dejaban dormir, la cumbre, la gloria…a cada estrella fugaz que veía le pedía lo mismo…pero solo me iban a conceder la primera parte del deseo deseado, desde luego la parte más importante del mismo, la segunda era ego, gloria, victoria...
A la entrada del vivac Craveri |
Nos echamos una siesta y seguimos camino, empequeñecidos por unos nubarrones no previstos que se adivinaban en la lejanía. Escalamos y escalamos, esta vez sin los ajustados pies de gato; desgastamos las botas subiendo a toda máquina la Aguja Guillermina, y casi la conseguimos hacer de día.
La trasera de la punta Guillermina al atardecer, su cara SE, una super escombrera de 1000 y pico metros |
Ya en penumbra sacamos nuestro espíritu albañil, movimos piedras y arena y nos construimos un pequeño nido de amor. Vivac 3º. Aquí, casi a 4000 metros, los nervios por lo que se nos venía encima no me dejaban dormir, la cumbre, la gloria…a cada estrella fugaz que veía le pedía lo mismo…pero solo me iban a conceder la primera parte del deseo deseado, desde luego la parte más importante del mismo, la segunda era ego, gloria, victoria...
Tras preparar nuestro tercer vivac, alguien lo agradecerá si llega ajustado a la Punta Guillermina |
El cuarto día nos pusimos las mejores galas, el día lo merecía, íbamos hacia la cumbre de las cumbres, en esa cima no hay virgen, solo nieve y altura, mucha, pero aun así se merece todos los honores. Comenzamos a eso de las 5:30. Todo perfecto, queríamos tener tiempo para disfrutar del Mont Blanc. Pero enseguida vimos que de disfrutar poco. La neblina dio paso a la nieve, y antes de las 7:00 ya estaba nevando incesantemente.
7:00 de la mañana, el cielo se nos cae encima! Las rocas se visten de blanco, nos convertimos en tortugas. |
Pusimos crampones y lo hicimos lo mejor que pudimos, alguno mejor que otro. Por momentos recordé porque Roy es mi ídolo, me demostró que lo mismo le da 8 que 80, que es capaz de escalar igual de bien con gatos recién salidos de fábrica que con botarrones forrados de pinchos. Salvamos las ultimas rocas y nos adentramos en un mundo de nieve llamado Aguille Blanche.
Uno de los sitios que más me impresionaban antes de comenzar era La Aguja Blanca. A pesar de la niebla no nos defraudó. La escalada de la Aguille Blanche, prácticamente en horizontal, es muy impresionante, para mi gusto demasiado.
Todo estaba en nuestra contra, la niebla nos desorientaba, la nieve dificultaba cada paso; así, de mala manera conseguimos alcanzar la penúltima cima de esta gran cola de dragón, los 4000 y pico metros de la Aguja Blanca, mi primer 4000 en Alpes, uno de los picos más estéticos del macizo, aunque desgraciadamente en ese momento me pareció de todo menos estético. Y después de eso, tras hacer tres largos rápeles llegamos a uno de los collados más grandes del Mont Blanc, el Col de Peuterey. Y ahí acabó, o empezó, nuestra historia.
...
En esta segunda foto, tras un tramo de mixto, se ve la 2ª parte de la escalada horizontal, otra travesía que quitaba el hipo |
...
Rápeles al Col de Peuterey |
...se acababa la escalada, se acercaba el padecimiento y la desesperación |
Eran la 14:00 cuando decidimos meternos en nuestras fundas
de vivac, confiando en que ese mal sueño solo fuera eso, pero no, era una
pesadilla en toda regla. La nevada arreció y se mantuvo firme hasta bien
entrada la madrugada, y claro, cuando se fue a dormir le sustituyó el frio, un
frio intenso que nos heló hasta los corazones…
Aquí, en este punto, en casa, con los pies calentitos y la
cabeza bien fría, seguro que tomaríamos diferentes decisiones, yo las he tomado
todas por todos. La nuestra, en aquel momento de pies helados y cabeza ardiente
fue la de la vía fácil, la que te ofrece unas montañas como los Alpes; en otros
lugares más remotos seguro que no lo hubiéramos hecho, seguro, pero de lo que
tampoco estaría seguro es de estar contándolo.
Tras muchas horas de retorcernos en nuestros ligeros y humedecidos sacos de ¿dormir? llegó la hora del rescate, casi como habíamos empezado pero al revés, de 100 a 0… en unos minutos pasas de estar pensando en el frío, en la vida, en la muerte... a estar pidiéndote un café con leche calentita en un bar forrado con reconfortante madera… cosas de la modernidad europea.
El amanecer nos regaló sol y buen tiempo, el justo para que nos desperezásemos y fuéramos sacados de allí |
.Y así fue como el sueño se convirtió en pesadilla, en decepción con mayúsculas, y nos quedamos sin la tan soñada cima. La rozamos, durante tres días la deseamos y la perseguimos, lo intentamos con todas nuestras fuerzas, pusimos todas las ganas y la experiencia que acumulamos pero no pudo ser…
Intento a la Integral del Peuterey. Por Roy de Valera y Jose
Martín Anaya. Del 5 al 9 de agosto de 2016. Escaladas Aguille Noir, Damas
Inglesas, Punta Guillermina y Aguille Blanche. Sacados desde el Col de Peuterey en helicóptero por el
grupo italiano de rescate después de estar más de 12 horas bloqueados por una intensa nevada que nos dejó, tanto a la montaña como a nosotros, en muy malas condiciones.