Otra jornada bien apurada, con una nueva aventura de andar por casa después de trabajar, recorriendo partes de la pared que desconocíamos o que llevábamos tiempo sin transitar. Volvemos al Penyal, hay que aprovechar los pocos días fríos que tenemos por estas latitudes para escalar en un muro que, de normal, a esas horas a la que le entramos, se asemeja más a una sartén que a un agradable muro para escalar; hoy vamos en manga larga e incluso con chaqueta en varios momentos, dentro de unas semanas, cuando nos asemos de calor, lo recordaremos con nostalgia...
Vamos a la zona de la Valencianos. Tenía en mente la vía Jhesus desde que la restauraron; siempre es bueno recordar a los colegas que ya no están. Jesús Ruiz fue mi jefe durante varios años y con el compartí alguna que otra escalada. Una pieza muy importante a la hora de entender nuestro juego aquí, en las paredes de Alicante. Muchas rutas del Cabeçó, Ponoig y Penyal llevan su firma, una de ellas la Jhesus, bautizada por el mismo con su apodo de batalla.
Así que empezamos por la Jhesus. El primer largo no es muy aconsejable. Desoyendo a mi compañera acabo sucumbiendo al morbo de lo cutre y le doy. Salgo bien parado del envite. Esther, recuperando los seguros arranca un cacho de fisura, en contreto uno donde me había protegido con un alien...
El L2 lo hacemos por Polvos Mágicos y su excepcional diedro acristalado. Una maravilla de la geología que te acaba poniendo en tu sitio, con unos últimos pasos de lo más cachondos (por llamarles de alguna manera).
Seguimos unos metros de repisa de La Valencianos y al acabar la cadena y los escalones nos encaramamos a la izquierda, por unas fisuras; un cordino marca el camino a seguir. Luego nada, incertidumbre. Sigo con tiento hacía otra fisura. Una hermosa lavanda tapa un súper agarre que me devuelve la confianza. Protejo a discreción y salgo de una fisura algo peleona a una placa y, ohh! Sorpresa!! Restaurada?? Encuentro dos buriles de la primera ascensión y un parabolt de los 90. Trago saliva, me acuerdo de los "restauradores" y de algún familiar cercano a ellos durante un buen rato y salgo de allí de la manera más elegante posible (más me vale). Esther flipa con el largo al recuperarlo. Muy bueno pero de andar con mucho cuidado sobre todo si el óxido sigue presente en los inseguros seguros fijos del largo.
Ya es tarde y se me cruza el cable...por hoy ya está bien de placa. Enganchamos la diagonal superior de la Directa UBSA y la seguimos hasta toparnos nuevamente con el inicio del diedro final de Polvos mágicos. De ahí cambiamos de tercio y nos metemos en el pilar desplomado que cierra el contrafuerte E por su derecha.
Tras unos metros por la Polvos desvío a derechas para seguir por la excepcional Virginia Diez. Y para convertirla en excepcional vuelvo a desoír a mi compi y cuál tractor asciendo en uno los dos largos que componen este super rutón, festival de caliza al cuerpo! No me reprimo y cuando alcanzo la reunión superior me asomo al vacío y grito. Un grito de placer que un ratito después repite mi compi. Y es que pedazo de vía la Virginia Díaz... lo bueno si breve dos veces bueno. Un auténtico festival de agarres redondos, cazos, buenos pies y algún que otro paso curioso.
Alcanzamos la cima, reímos con unas polacas que pasan por allí y, tras plegar la cuerda y calzar las zapas, volvemos a bajar con las últimas luces, flipando con todo lo que tenemos al lado de casa.
Buenas escaladas!!